DAVOS (Suiza).- Los gobiernos no deberían ser demasiado optimistas en relación con el desarrollo económico en 2013, a pesar de que la crisis de la eurozona ya atravesó su fase más dura, advirtieron ayer líderes políticos y económicos en el cierre del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza.
La recuperación de los últimos meses ha sido "muy frágil y tímida", aseguró la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, en una mesa redonda sobre las perspectivas económicas globales para 2013. Por ello indicó que ningún gobierno, desde Estados Unidos a Japón, debería tomarse un respiro en los esfuerzos por lograr la consolidación presupuestaria.
Lagarde recordó asimismo que los instrumentos aplicados en 2012, como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), deben ser totalmente funcionales y aplicarse con decisión.
El director del banco central canadiense, Mark Carney, consideró positivas las reformas emprendidas para lograr que los países europeos sean más competitivos. Pero advirtió: "Este proceso llevará años".
A lo largo del encuentro de cuatro días, los líderes políticos y empresariales instaron una y otra vez a los gobiernos de la Unión Europea (UE) a continuar con las reformas, en medio de los temores a que los problemas económicos europeos podrían perjudicar al resto del mundo, especialmente en los mercados emergentes.
Una de las razones de preocupación es que Europa tiene poco margen para medidas adicionales de emergencia si fueran necesarias, indicó Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Políticos europeos defendieron previamente los duros programas de ahorro aplicados, a pesar de que en algunos países afectan a gran parte de la población, especialmente a los jóvenes.
La defensa nipona
Alrededor de 2.500 políticos y directivos asistieron al Foro en los últimos días, entre ellos 50 jefes de Estado o de gobierno.
En tanto, el ministro de Economía de Japón, Akira Amari, rechazó ayer las críticas que afirman que el extraordinario programa de estímulo fiscal y monetario de su país busca debilitar al yen y socavar la independencia del banco central. Amari dijo en el Foro Económico Mundial en Davos que depende del mercado determinar la tasa de cambio de la moneda y que el Banco de Japón había decidido de forma independiente firmar un comunicado conjunto con el Gobierno sobre medidas para luchar contra la deflación y revivir el crecimiento económico.
"Ustedes podrían pensar que hay una política deliberada para reducir el valor del yen, pero nosotros en el Gobierno nos abstenemos de comentar la tasa de cambio del yen", dijo Amari en respuesta a las críticas a las medidas japonesas.
El gobernador del banco central de Corea del Sur puso en duda la eficiencia de la política de flexibilización monetaria de Japón y dijo que la decisión del BOJ de comenzar a comprar cantidades ilimitadas de activos en 2014 podría tener consecuencias no deseadas a largo plazo. "Lo que ellos hicieron creó un par de problemas", dijo el gobernador del Banco de Corea, Kim Chong-soo, a Reuters en una entrevista en Davos. "Uno es que el nivel (de la moneda) es afectado, y el ritmo de cambio también es un problema. Ellos lo hicieron demasiado rápido", agregó.
Una tasa de cambio estable es clave para el Banco de Corea, sostuvo Kim. El yen ha estado bajo presión desde que reportes de prensa citaron el jueves al viceministro de economía Yasutoshi Nishimura diciendo que la caída de la divisa no había terminado y que un nivel dólar/yen de 100 no sería una preocupación.
La moneda japonesa opera actualmente cerca de un mínimo de dos años y medio frente al dólar a cerca de 90 yenes, debido a que el mercado sigue concentrado en los esfuerzos de Japón por aplicar una política que reactive la economía. (DPA-Reuters)